30 septiembre, 2011

Casa inhabitada

La casa estaba muy silenciosa, entre dormida y expectante, atenta. A medida que pasaba el tiempo sentía esa humedad típica del encierro, de las habitaciones que ya no ven la luz del sol, porque se cerraron sus ojos, que antes ella se encargaba de abrir rigurosamente cada mañana, esos ojos que vieron tantas cosas..
Las habitaciones están tristes.. esas habitaciones imponentes ahora daban tristeza. su olor se fue yendo con el pasar del tiempo y ahora sólo quedan recuerdos, pensamientos, una vida entera que pasó la mayor parte del tiempo en esa casa, preparando la comida a sus hijos, viéndolos crecer, llenándose de visitas esporádicas, la muerte de su amor.. sus ojos eran esa casa, por todo lo que escondía, tantos secretos deben haber en cada rincón.. antes se escuchaban las sonrisas, hoy, si hacés mucho silencio se escucha un llanto muy tímido, con mucho dolor.. la casa está en duelo, no es la única.
La casa quiere estar sola por las noches porque nadie llena el vacío que dejó ella, la casa quiere estar sola por las noches porque este duelo es entre ellas, es para ella. De repente cuando se hizo de noche escucho muchos ruidos, ruidos que me atormentan y hacen comprender de repente que ella quiere estar sola, que no me quiere ahí.. que si las paredes hablaran..
Agarro mis cosas y me voy, intento consolarla y le dejo un beso.. pero yo también estoy desconsolada, y entiendo que de nada sirve. cierro la puerta y todo queda en calma, "Que sueñes con los angelitos", le digo, y me responde, "Estoy con ella todo el día en mis pensamientos, no necesito soñarla.." Es cierto, a ella le entregó su vida entera, ella la conocía mejor que nadie, la conocía en la soledad..
Vos la hiciste tu fortaleza, tu imperio y ella te devolverá el honor hoy y por siempre, protegiendo sus muros contra todo y manteniendo viva tu presencia..

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